domingo, 29 de marzo de 2015

Un estandarte inmaculista en el 400 aniversario del voto y juramento de Osuna (1615-2015)


Dentro de las iniciativas previstas por la hermandad de la Vera Cruz, al albur del 400 aniversario del voto y juramento que en 1615 hizo la villa de Osuna en defensa de la Inmaculada Concepción, se encuentra la recuperación de un antiguo estandarte inmaculista que será bendecido el próximo Martes Santo. Recobra con ello un insondable vínculo en la exaltación y encendida vindicación mariana en su singular prerrogativa divina, cuya profunda significación se encuentra en las propias raíces de la corporación franciscana. Una ligazón enarbolada a lo largo de siglos y manifiesta a través de testimonios tales como la materialización de una insignia concepcionista, ya que según consta en la documentación que obra en su archivo, al menos desde su reorganización, allá por los postreros años del siglo XIX, la hermandad tenía entre sus enseres un Sine Labe galoneado de plata, que desgraciadamente no ha llegado hasta nuestros días.
El estandarte recuperado presenta un perfil curvilíneo, con estrechamiento en la parte central y dos puntas lanceoladas acabadas en  borlones. Sigue un modelo tradicional en Osuna como testimonian los estandartes de las hermandades del Dulce Nombre y San Arcadio. Está confeccionado en seda azul con galones plateados y tachonado con estrellas plateadas de rayos rectos y flamígeros que se alternan.
La gloria que preside la insignia se escinde en dos planos, el celestial y el terreno. Como punto central de la simétrica composición del “rompimiento de gloria” aparece la figura de la Inmaculada Concepción, representada como Tota Pulchra (Cantar de los Cantares IV: 7) y con algunos rasgos de la Mujer Apocalíptica que describiera San Juan en su visión de Patmos. Se escenifica “revestida de sol”, ya que llevó dentro de sí al mismísimo Sol de Justicia, y ataviada con la característica indumentaria, compuesta por una etérea túnica blanca y un manto azul muy volátil y agitado. Su rostro muestra una expresión extasiada, con una mirada embelesada que dirige hacia arriba, mientras cruza las manos a la altura del pecho en arrobada actitud de oración. Corona su cabeza la aureola de doce estrellas, que simbolizan el honor de la Hija de Sión sobre las Doce Tribus de Israel y la maternidad sobre la Iglesia fundamentada en los Doce Apóstoles. Emerge en el cielo apoyada sobre el creciente lunar y envuelta de luz, de nubes y de mórbidos angelotes de amables rostros e ingrávidos cuerpos escorzados. Su figura está rodeada por los símbolos de las letanías lauretanas, invocación mariana basada en distintas fuentes que fue compuesta hacia 1500 como alabanza a la Madre de Dios. Del Cantar de los Cantares el pozo de las aguas vivas [Puteus aquarum viventium (IV: 15)], que incide en la metáfora referente al origen de la verdadera vida; y la fuente sellada [Fons Signatus (IV: 12)], que alude a su pureza, puesto que, al mantenerse virgen incluso después del nacimiento de su Hijo, es “fuente de aguas vivas”. Del Génesis la puerta del cielo [Porta Coeli (XXVIII: 17)], que soportan dos ángeles situados a la izquierda de la composición, en alusión a María como puerta del Cielo por donde vino el Salvador y nos conduce hasta Él. En el ángulo contrario otro ángel ase un espejo, atributo extraído del libro de la Sabiduría[Speculum sine macula (VII: 26)], por ser espejo sin mancha, modelo de virtud y santidad. Uno de los angelotes lleva una rama de azucena, que por su nítida blancura y perfume simbolizan la virginidad, la pureza y la concepción libre de todo pecado. De los ángeles situados en los márgenes se desprenden sendas filacterias donde se puede leer el lema inmaculista que tuvo el Colegio-Universidad de la Santa Concepción de Osuna: “IN CONCEPTIONE TVA VIRGO / MARIA INMACVLATA FVISTI”.
Entre el “rompimiento de gloria” y los niveles terrenales, la transición viene marcada por otro angelote que exhibe entre sus manos un blasón con las armas de los Girones, en alusión a aquellos que fueran grandes defensores de la Inmaculada Concepción y máximos responsables de su potenciación en Osuna. Fue una de lasdevociones más significativas entre los grandes cultos de la familia. Los Osuna la sintieron como una herencia simbólica inmaterial inherente a la Casa, una especie de culto particular que los distinguía, ofreciendo a sus miembros el testimonio de pertenecer a una misma comunidad espiritual. Con carácter de perpetuidad se constituyó en símbolo de cohesión familiar, en numen tutelar que marcaría a los titulares en los distintos ámbitos donde desarrollaron su actividad, a través de una proyección pública, por encargos, fundaciones y fiestas, como política, en la acérrima defensa del misterio antes de ser aceptado oficialmente por la Iglesia. Sería una de las puntas de lanza de su ideología contrarreformista, tanto en las villas de sus estados en Castilla y Andalucía, como en los virreinatos de Nápoles, Sicilia y Milán. Al pairo de tan encendida defensa, la villa de Osuna, que ostentaba la titularidad del Ducado y era cabecera de los estados andaluces de los Girones, iba a seguir los pasos de sus señores desde que allá por el Quinientos fuera promovido su culto por el “Conde Santo”. El denodado posicionamiento y el fervor concepcionista que alentó la Casa debió favorecer sin duda en la villa parecida actitud, sobre todo en torno al foco de la Universidad y la Colegiata, propiciando iniciativas imbuidas de aquel sentido triunfalista.
Resulta frecuente plasmar en la parte inferior de este tipo escenas de exaltación mariana un paisaje e incluso un lugar concreto, de lo que tenemos numerosos y arquetípicos ejemplos de la ciudad de Sevilla. En este caso se ha dispuesto una vista de Osuna, para lo que se ha recurrido al más antiguo documento gráfico de carácter pictórico conservado sobre la villa ducal. Nos referimos a la representación que aparece en el lienzo de gran tamaño del Martirio de San León, San Donato, San Nicéforo, San Abundancio y nueve compañeros, que se conserva en uno de los brazos del crucero de la ermita de San Arcadio. Esta obra debió realizarse hacia la segunda mitad del siglo XVII. En el plano anecdótico cabe destacar en el lienzo del martirio de los compatronos de Osuna la presencia de la torre de la Colegiata, rematada con el último cuerpo del que está huérfana en la actualidad, cerrado con un chapitel apuntado. Además encontramos una de las puertas de la villa, la ermita del patrón San Arcadio y varios molinos de viento en el cerro de San Cristóbal, de cuya existencia dan testimonio las actas capitulares del Concejo desde el siglo XVII. Todos estos detalles se han incorporado también al lienzo del estandarte, además de otros laudes Marianaerelacionados con el repertorio iconográfico asociado a las letanías. Del Eclesiasté la palmera [Quasi Palma exalta sum in Cades(XXIV: 14 o 18)], que por su forma alude a la fecundidad y a la victoria asociada a la incorruptibilidad de la Virgen; y de un Himno Litúrgico y el Eclesiasté (XXIV: 17) el ciprés [Cypresus in Monte Sion],árbol de hoja perenne y siempre verde que simboliza la virginidad y santidad inalterable de María.
El hasta y el mástil del que pende el estandarte están realizados en madera. Este se decora con un regatón y varios nudetes plateados, y se corona en la parte superior por una jarra de azucenas, en alusión a la pureza de la Virgen María. Se completa el conjunto con las características cintas con lazadas y escarapelas, estas ahora en azul, que vemos en otras insignias de la hermandad.

PJMS

domingo, 22 de marzo de 2015

XXIX EDICIÓN DEL CARMEN TORRES DE OSUNA, HERMANDAD DE LA VERA+CRUZ





“Celebrando la XXIX edición del Carmen Torres” Así comenzaba el consolidado presentador del evento, Antonio Reyes Peña, la Gran Final celebrada en la Iglesia San Agustín el pasado 21 de Marzo a las 20:00 h.
Un concurso que sigue adelante gracias a la organización de la Hermandad de la Vera+Cruz con el patrocinio de Diputación de Sevilla y el Área de cultura del Ayuntamiento de Osuna y mencionando la estimada colaboración de la Peña Flamenca “La Siguirilla” y Radiolé.
La noche transcurrió en un ambiente respetuoso por parte del publico con una asistencia considerable a este acto, celebrado en recuerdo y memoria del que fue uno de los mejores saeteros, Paco Moya.
Al tambor y acompañando a los concursantes, estaba el conocido Manuel Aranda “El China” fiel a este evento desde hace ya cuantiosos años, un evento que contó con la cobertura radiofónica para que los no presentes disfrutaran en directo del desarrollo del concurso, y esto fue posible gracias a El Pespunte Radio, en la 88.9 de la fm.

Tras las dos saetas de los participantes, el Jurado compuesto por; Juan Antonio Aguilar de Osuna, Manuel Sojo de Casariche, Alfonso López de Morón, Manuel Fernandez de Arahal y José Hinojosa de Osuna, se retiró a deliberar.

La reanudación después del descanso, comenzó con la entrega de :

-Premio Joven a Manuel Cuevas hijo de Osuna.
-Premio Manuel Yerbes a Miguel Angel Lara, El Canario, de El Saucejo.
-Premio Paco Moya a Marta Gonzales Sevillano, de Sevilla.

La clasificación final quedó en el siguiente orden:

-5º Premio a Marta Gonzales Sevillano.
-4º Premio a Aroa Cala Luque.
-3º Premio a José Alcoche García.
-2º Premio a Antonio Ortega Jiménez.
-1º Premio a Francisco Moya Gonzales.

El punto final lo puso el cante del ganador de la noche, Quiqui de Castilblanco.